La casa ha tenido gran importancia en la historia
y cultura vasca, aunque este concepto haya ido variando según los cambios de
mentalidad que acompañan al paso del tiempo. La casa ha sido la base de la
sociedad y además de ser un espacio físico ha sido un lugar íntimo.
En la casa
tradicional vasca quedan reflejados los siguientes principios: protección
(material como lugar de habitación, familiar como acogida de un grupo humano y
religiosa asimilando casa con templo y lugar de culto); relación (acogiendo a parientes
tanto cercanos como lejanos, a personas que no pertenecen al tronco familiar,
como amigos y a la servidumbre, y asimismo a los animales domésticos), y
autoridad (del propietario con el resto de los miembros de la casa).
Su
objetivo ha sido la conservación de los bienes raíces, sirviendo de enlace
entre los tiempos pasados y el futuro. El sistema de transmisión de la casa a
un único heredero garantizaba la continuidad y la conservación de la misma y
sus propiedades en la familia troncal y evitaba su disgregación como un todo y
su posible desaparición con el tiempo. Ha sido por todo ello, una entidad de
carácter económico, religioso y social y aglutinadora de conceptos materiales e
inmateriales
Durante los siglos XVI-XVIII en las zonas rurales
de Gipuzkoa se aplicaban costumbres que
mantienen la unidad del caserío al margen de la legislación vigente.
Ello era debido a la falta de adecuación del
derecho común a la problemática del caserío, lo que obligaba a los guipuzcanos
a valerse de complicadas fórmulas tendentes a conservar la integridad del
caserío y su transmisión a un heredero único, si bien en algunos casos veremos
que se mostraban respetuosas con el derecho común en cuanto al pago de
legítimas.La importancia de conservar la integridad de la casa aun a costa de perder parte de la herencia se refleja en un documento notarial de 1610, en el que los hermanos de Joannes de Goicoechea renuncian a sus derechos hereditarios en favor de su hermano primogénito:
“PORQUE QUEREMOS
QUE EN EL, SUS HIJOS Y DESCENDIENTES SE CONSERVE MEMORIA DE LOS DICHOS NUESTROS
PADRES Y ANTEPASADOS Y LA DICHA CASA Y SU PERTENECIDO”
Pero esta
renuncia tiene una valor practico, ya que durante esa época el
proceder de un "solar conocido" suponía el reconocimiento de la condición
de hidalgo, lo que conllevaba la exención de algunos impuestos y la
posibilidad de acceder a cargos públicos,
cosa que estaba vedada a los que tenían la condición de pecheros.
Dado que en
Gipuzkoa se construyó la figura de la " hidalguía universal" es
decir, que todos los habitantes de Gipuzkoa eran hidalgos y ninguno era
pechero, la importancia del reconocimiento de la condición de Hidalgo se daba
cuando salía de las fronteras del territorio. En estos casos se tenía que
reconocer su condición mediante un juicio de hidalguía, en el que el interesado
tenía que demostrar su procedencia.
Como en el caso
de Martin Manuel de Goicoechea, nacido en Gaztelu y que se traslada a vivir a
Liernes en Cantabria, puede que por ahí quede una rama cántabra de los
Goikoetxea de Altzo.
GOICOECHEA (Martín Manuel
de).- Año 177 J.
Real Provisión de
hidalguía. Sala de hijosdalgo. Chancillería de
Valladolid.
Vecino del
lugar de Viérnoles , j. de Torrelavega, provincia de Santander, donde
casó con María
González de Agüeros en 2-V-1767, y natural de Gaztelu , j.
de
la villa
de Tolosa de Guipúzcoa , b: Gaztelu , 15-IIl-1733.
Padres: José de
Goicoechea, b: Gaztelu , 7-VII-1680 y María Martín de Bengoechea
y Huici, b:
Errazquin , 9-Vl-1692. Padres : Martín de Bengoechea y Juana
de Huici.
Abuelos: Miguel
de Goico echea , b: Gaztelu, 3-III-1650 y Jacinta de Arritegui
, b : Gaztelu
, 18-II-1655.
Descendiente de
la Casa Solar de Goicoechea situada en la
Villa de Alzo y
de Ja de
Arritegui en dicho Gaztelu. Y por la materna desciende de las Casas Solar
es de
Bengoechea y Huici.
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